El libro cuenta una variopinta forma de introducirnos en la aventura y en la acción, y esta no es otra que fumando "yerba", si, habeis leido bien. La afamada hierba "Taduki" es un potente alucinógeno, pero que digo, quizá llamarlo alucinógeno es quedarse muy corto. La hierba en cuestión, en forma de finas hebras secas, se inhala una vez encendido una especie de pequeño brasero sobre el que se depositan dichas hebras. Un par de inhalaciones y un sofá en el que recostarte son suficientes para vivir una nueva vida con aventuras sin igual.
El libro en su inicio es espectacular por varias razones, la presentación de los personajes es normalita, sin muchos excesos, quizá adecuada, dado que el personaje principal es un peso pesado y utilizar florituras en éste podria llevarnos al exceso; pero como os digo, cuando a penas llevamos leidas 8 paginas, el libro nos da una lección en cuanto al tema drogas. ¿Que son las drogas?, siempre las ha habido y siempre las habrá, pero ¿os habeis preguntado por que existen?. El hombre tiene capacidades inimaginables, tales como acceder a memorias ancestrales, capacidad para revivir dichas vidas, acceder a dimensiones paralelas y que se yo..., pero como muchísimas cosas que no se utilizan o que no se han sabido utilizar, dichas capacidades se atrofian quedando en el olvido, llegando a creer que no tenemos dichas capacidades. Las grandes culturas pasadas eran sabedores de todo esto y utilizaban aquellos "elementos" que ayudaban a abrir estas puertas, ayudaban a acceder cuando esas capacidades estan ya atrofiadas, gracias a estos elementos y por supuesto también a los guias (chamanes). Eso es lo que siempre se ha conocido como plantas de poder, una ayuda para abrir puertas. El libro hace mencion a todo esto y hace contrastar este concepto de droga con lo que hoy se conoce como tal, aquello que hoy inunda nuestras calles y nubla aun mas nuestro incapacitado cerebro.
El libro enlaza toda esta cuestión con el tema ¿que hay al otro lado de la puerta?, lo lleva muy bien en las carnes de Allan, cuando después de inhalar taduki se ve subiendo esa escalera de Jacob que todos habremos de subir algun dia. Esos mundos, esos lugares están ahí, la cuestión es en que forma los circundamos: al morir, al dormir, al inhalar taduki... Algunos ya conocen esos mundos sin necesidad de haber muerto, creo que la llave está en saber que existen y poder controlar la alteracion que supone atravesar el umbral (cosa no facil).
Una vez que el libro transporta a Allan a la era Paleolítica, proxima a una inminente glaciación, en las carnes de Wi, cazador de gran ingenio para su época, se produce algo que quizá no guste al principio, por que es como si cambiaramos de libro, una historia nueva, unos personajes nuevos... El nombre de Allan no vuelve a aparecer hasta el ultimo capitulo del libro. Como veis es un viaje, puro y duro; Allan parte y aparece en su lugar Wi, para cuando acaba el efecto del taduki, éste hombre del paleolítico ha vivido décadas, mientras que las hebras de la droga han tardado unos minutos en consumirse.
La vuelta de Allan a este mundo que conocemos es una recapitulación de la aventura en compañia de Good, un acompañante en dicho viaje que también se ve envuelto en la misma aventura. A destacar en la obra el gran valor de la amistad entre Wi y Pag, valores que ya no se dan en obras o filmes jolibudienses, pero que funcionan, creanme, a parte de dar un sentido mas humano a lo que estamos viendo/leyendo...
Y finalmente me gustaría hacer un apunte sobre un tema que el libro toca bastantes veces: La tribu de Wi se asienta en la playa en un territorio al norte, de clima casi polar, en una época donde el hombre ha empezado a dar sus primeros pasos. La tribu en cuestión sólo conoce a sus integrantes como únicos seres humanos, así a través de sus generaciones pasadas: ELLOS CREEN QUE SON LOS UNICOS EN EL MUNDO... algo perfectamente comprensible, pensadlo. Bien, ahora hacer un ejercicio de extrapolación, trasladarlo a nuestros dias pero a un nivel interplanetario... no digo mas.
Un buen libro que esconde muchas cosas. Si teneis oportunidad no dejeis de leerlo.
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