jueves, 12 de enero de 2012

DÉJAME ENTRAR

Una película inverosimil. Acostumbrados a los elementos típicos que caracterizan el cine de vampiros, ésta película, sin embargo, no se ajusta por completo a todo esto.
Yo diría que esta peli es un drama profundo, acompañado de los factores mínimos para poder albergar al chupasangre de marras, en este caso encarnado por una "inocente" niña.

La película describe el mundo en que vive un niño realmente castigado en muchos apartados; desde el familiar y sicológico (que van siempre unidos y en este caso hay varias escenas muy claras que reflejan esta conexión, véase la escena de la careta donde se muestra un plano impresionante) hasta el apartado social-escolar, donde vive en sus carnes el violento maltrato de pequeños delincuentes juveniles.

Apartándonos del factor vampírico, la historia cuenta cómo el protagonista conoce el amor juvenil, la inocencia pura y dura que se estrella de bruces con la brutalidad de la niña vampira en sus momentos de "merienda".
El contraste queda genial y hace que esos momentos sean mas sobrecogedores si cabe.



Hay cosillas que de todas todas no me cuadran, como por ejemplo el innecesario flashback al comienzo del metraje; pero sobre todo no cuadra el "color" de la película, el ambiente, los actores protagonistas... si veis la película comprobareis que esta historia, con estos elementos, bien podria funcionar en algun pueblo de algun pais de la europa del este, y no en los EEUU como el director intenta hacer creer.

Si que destacaría como curiosidad lo que según el director ocurre cuando un vampiro entra en una morada a la que no ha sido invitado... algo que la mayoria nunca nos hemos planteado y como digo curioso cuando menos.

En resumen, una historia muy aceptable de dos infantes sin miedo a los baños de tinto. ¡Sea pues!

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