La contemplé el otro día, mientras bajaba en el ascensor, y es aquello que me asegura que hay algo más, MUCHO MAS.
El niño valiente, le llamaríamos, o mejor dicho, el niño a secas; por que todos somos valientes en el fondo, MUCHO MAS de lo que creemos. Pues si, un momento común y corriente de todos los días en un ascensor, una madre con sus dos niños que bajan de casa a la calle. La madre parece agitada, con prisas, buscando algún aparatico de moda en su bolso (lo usual de hoy dia); en ese momento, uno de los niños levanta la cabeza y me mira fíjamente, la verdad es que lo estaba pidiendo a gritos, y entonces, como si me hubieran concedido eso que venía pidiendo le puse una caraza (mueca - qué palabro. Algunos nos entendemos...) de las que hacen afición. Le regalé una de las mejores de las mias. Y el niño no la desaprovechó. Me regaló una SONRISA (que no risa), de las mejores de las suyas, os lo aseguro.
Fueron segundos, fué MÁGIA, no tiempo. En ese TIEMPO (que no tiempo), se plasmó TODO. La SONRISA me dijo quién era ese niño, alguien como yo, como tú que lees esto, alguien que disfruta, que es feliz, que se divierte haciendo lo que quiere. Pero como digo, en ese momento se plasmó TODO, y TODO incorpora también aquello que a nosotros nos parece malo, aquello que nos cuesta entender. Así es, el niño en un momento dado me mostró una mirada de miedo, puede que fuera por la caraza, jaja..., no, bromas a parte, no era una mirada de susto lo que me mostró, os hablo de miedo. Algo que le impedía seguir sonriendo, para finalmente bajar su mirada al suelo.
Creo que nuestras vidas son eso aunque no lo creamos, disfrute, gozo, alegría. Sólo hay que impedir que aparezca ese miedo que nos impide ver lo anterior. Complicado, cuando ese miedo nos lo inculcan desde niños, ¿verdad?.
Quería hablaros de un episodio de la mítica serie Historias para no Dormir, en concreto "La Sonrisa". Su creador, el gran Chico Ibañez lo llama un episodio de Historias para PENSAR. He visto bastantes episodios de la serie, aunque no todos, pero os puedo asegurar (sin haber visto los que me faltan), que este, para mi, es el que mas me ha gustado. Os animo a que lo veais.
Y creo que eso es lo que podríais hacer si teneis curiosidad. Verlo. Sobra comentarlo por aquí. Si no os cuento nada por aquí, vuestra sonrisa, cuando lo veais, será aún mejor.
Y es que el niño del ascensor, está aprendiendo a dar mas peso a la mirada del miedo que a la sonrisa. No les enseñemos a eso, no les inculquemos eso. Demos mas peso a la SONRISA. Fijémonos en lo alegre, olvidémonos de lo triste. La SONRISA lo puede TODO.
Por cierto, en el episodio de "La Sonrisa" aparece un personaje que me sorprendió muchísimo, ya que guarda una increíble similitud con uno de los personajes del que será mi próximo cómic "Los Perros de Dios". Aprovecho para comentaros que lo publicaré después del verano (la imagen en la web de la editorial, que lleva el título de "Próximamente" pertenece a ello). Así que en Septiembre, mas o menos (iré comentando más sobre el comic a medida que nos vayamos aproximando a su publicación) nuevas historias que espero que os gusten, y sobre dodo, que os hagan sonreir.
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